Episode 19
Episode 119 | 43m 55sVideo has Closed Captions
Gregorio yields to Cardenas's blackmail, keeping his involvement in the ex-soldier's murder hidden.
Gregorio yields to Cardenas's blackmail, allowing the police to keep his involvement in the ex-soldier's murder hidden. While Antonia insists he should kill Pedro Ramirez, Gregorio trusts in his alliance with Cornelius and the Nazi delegate. However, the latter reveals to his associates that he has chosen Ramirez as a new partner in the German government's smuggling operation in Chile.
Hijos Del Desierto (Sons of the Desert) is presented by your local public television station.
Distributed nationally by American Public Television
Episode 19
Episode 119 | 43m 55sVideo has Closed Captions
Gregorio yields to Cardenas's blackmail, allowing the police to keep his involvement in the ex-soldier's murder hidden. While Antonia insists he should kill Pedro Ramirez, Gregorio trusts in his alliance with Cornelius and the Nazi delegate. However, the latter reveals to his associates that he has chosen Ramirez as a new partner in the German government's smuggling operation in Chile.
How to Watch Hijos Del Desierto (Sons of the Desert)
Hijos Del Desierto (Sons of the Desert) is available to stream on pbs.org and the free PBS App, available on iPhone, Apple TV, Android TV, Android smartphones, Amazon Fire TV, Amazon Fire Tablet, Roku, Samsung Smart TV, and Vizio.
Providing Support for PBS.org
Learn Moreabout PBS online sponsorship♪♪ ♪♪ [Disparo] ¡Alto!
¡No se muevan!
♪♪ ¡Miente!
♪♪ [Quejido] ♪♪ [Quejido] ♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ Pedro.
Mmm.
¿Cómo está, doctora?
Buenas tardes.
Buenas tardes.
Confieso que cada vez que los veo me asusto.
¿Qué pasó ahora?
Nada, todo bien.
O sea, aparte de la cara del Pedro.
[Ríe] Perdón.
[Carraspea] Queríamos darle las buenas noticias personalmente, doctora.
¿Qué buenas noticias?
Que ya no va a ser necesario que se vaya.
Los problemas de financiamiento del consultorio están solucionados.
Yo y mi gente vamos a correr con los gastos.
¿Sabe qué, don Gregorio?
Yo soy nacido y criado en el puerto, ¿ah?
Y, bueno, la Oficialidad Naval es el espejo donde todos nos miramos, ¿hm?
Y sería una lástima que la institución naval se viera manchada por la muerte de un afuerino.
Un garzón que vino acá a buscar no sé qué cosa, ¿hm?
Un don nadie, ¿no?
Y yo creo que nuestras instituciones hay que respetarlas, ¿hm?
Y yo podría hacer algo para que... para que ese hombre nos reconozca al oficial en esa foto, ¿hm?
¿Podría?
Por supuesto.
¿Cómo?
[Ríe] No, no, no voy a entrar en esos detalles.
Lo importante es que ese reconocimiento no se haga.
Ni ahora, ni nunca.
Pero... ese trabajo no... no es barato, Don Gregorio, ¿no?
Yo no es que le esté pidiendo plata para mí, ¿ah?
No, yo esto lo hago por, por, por el amor al puerto, por la institución naval.
Pero hay que mover ciertas piezas en el engranaje, ¿usted sabe?
¿Cuánto?
Cincuenta mil.
No, en este momento no cuento con esa cifra.
Hipólito: Mmm.
Pero no tiene por qué pasarme todo al tiro.
♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪ Ahí tiene 5000.
Perfecto.
[Gregorio carraspea] Estamos perfectos.
Mmm.
Bueno.
No hay que perder el tiempo.
¿Ah?
[Ríe] [Suspira] Tranquilo, Gregorio.
Yo me hago cargo.
♪♪ ♪♪ ♪♪ Buenas tardes.
♪♪ [Puerta se cierra] ♪♪ [Suspira] [Timbre de teléfono] [Timbre de teléfono] Aló.
Herr Braun necesita hablar urgente con nosotros.
En una hora.
En tu segundo hogar.
Aló.
¿Gregorio?
¿Estás ahí?
Sí, sí.
¿Qué te pasa a ti?
Estás muy raro últimamente.
Nos vemos ahí, Bormann.
♪♪ Ese era Cárdenas, ¿verdad?
¿Qué te dijo?
Déjame en paz.
Gregorio, ¿qué te dijo?
¡Déjame en paz!
♪♪ ♪♪ ¿Sabe qué, doctora?
Me está costando entenderla.
Vengo para acá, le trato de solucionar su problema, para que usted no se tenga que ir, para que siga ayudando a la gente, y resulta que usted se enoja.
Y no es primera vez que me pasa eso con usted.
Mire, Pedro, primero yo quisiera aclararle que si me voy o no con mi novio, es algo que no depende de usted.
Y ya tendré que hablar con Helena por su falta de discreción.
Aclarado esto, también quisiera agregarle... Mire, ya que a usted le gusta aclarar las cosas, a mí también.
Personalmente, a mí me da igual si usted se va con su novio a Quillota, a Europa o a donde sea.
A mí lo que me preocupa es la salud de mi gente humilde del puerto.
Eso me importa.
No, me parece estupendo, Pedro.
Pero creo que es muy importante que usted entienda que la gente humilde no es su gente y este no es su consultorio.
Y ese es uno de los puntos que más me preocupa de tenerlo usted metido acá.
A ver, no la estoy entendiendo, doctora.
Que no quiero que este consultorio se transforme en un lugar donde usted pueda traer a sus heridos o pueda encubrir cualquier clase de delito.
Veo que ha estado hablando mucho con su novio, ¿eh?
Aunque le cueste creerlo, Pedro, puedo pensar por mí misma.
Y también, déjeme decirle que me preocupa que estos aires filantrópicos que usted se da sean una manera de lavar su imagen y de manipular a la gente.
Mire, eso de la filantró no... No sé lo que es.
Pero ya que está hablando de lavado de imagen, ¿usted qué cree que es el hospital británico?
¿Hm?
¿O este consultorio?
Yo le voy a decir lo que es.
Los futres, o sea, la gente rica del puerto, sueltan unos pocos pesos para que la gente crea que son buenos mientras roban y extorsionan.
Pero claro, si un negro como yo quiere poner plata en un consultorio, todo el mundo da el grito al cielo, ¿no?
Es una locura.
No, usted está yendo demasiado lejos porque yo no pienso algo así.
Tampoco lo he dicho.
Pedro: Puede ser, doctora.
Pero no tengo tiempo para discutir con usted.
Tengo cosas mucho más importantes que hacer.
Permiso.
De todas formas voy a hablar con la hermana si finalmente con ella hice el acuerdo.
Así usted se puede ir con su novio a viajar por el mundo y darse la buena vida.
Permiso, no la molesto más.
Eloísa: Adiós, señor Ramírez.
♪♪ Permiso.
Buenas tardes señora.
♪♪ ♪♪ ♪♪ [Tose] Él es, ¿verdad?
♪♪ ¿Cómo?
Ese hombre es Pedro Ramírez.
♪♪ [Timbre de teléfono] ¿Señor?
Son sus padres, no sé si debo oponerles.
No es necesario.
Por supuesto que sí, Heim.
Todos los oficiales que estaban en la gala son sospechosos, incluido el Capitán Sanfuentes.
Quería... quería aprovechar de conversar con ustedes, que han sido mis colaboradores más confiables, desde que empecé a trabajar en este cuartel.
Gracias.
No es nada oficial todavía, así es que les pido que no lo comenten, pero... lo más probable es que deje mi cargo.
Pero ¿cómo?
¿Tuvo algún problema, comisionado?
No, no, no realmente, Heim, más bien una decisión personal.
Estuve hablando con un policía más viejo, que me dio algunos consejos.
Bueno, ¿qué quiere que le diga, comisionado?
Lo lamento harto.
Este cuartel cambió mucho desde que usted llegó.
Muchas gracias, Heim.
Quiero que sepan que si es que efectivamente me voy, los voy a recomendar con la persona que me reemplace.
Eso pueden darlo por hecho.
Eh, por favor, comisionado, a mí no me recomiende tanto.
Mientras más desapercibido pase, mejor.
Y también quiero que sepan que no me voy a ir hasta que resolvamos los casos que tenemos abiertos.
El atentado de la cárcel.
El asesinato de la gala.
Los vamos a resolver cueste lo que cueste, ¿de acuerdo?
Sí, señor.
Sí, señor.
¿A qué hora quedó de venir el testigo, Heim?
A las 5:00 en punto, comisionado.
Después de salir del trabajo.
Ya, ya debe estar por llegar.
♪♪ Hola, po, ¿cómo está?
Tanto tiempo, ¿cómo está?
Tanto tiempo que no lo había visto.
Tanto tiempo.
Sr. Alegría: Que esté bien.
Hombre: Igual.
Señor Alegría.
Sí.
Soy el comisario Cárdenas.
Hola, hola.
Lo vengo a buscar para, para ir a hacer su declaración al cuartel.
Eh, ya.
Adelante, por favor.
Permiso.
Eso, súbase.
Gracias.
No hay de qué.
Vamos, Conejo.
Sí, comisario.
♪♪ Seguramente Herr Braun va a terminar mandándonos a la cresta.
Estuvo en mi casa.
Estaba muy enojado por lo de Pedro Ramírez.
¿Me estás escuchando?
¡Me estás escuchando!
Eloy tenía que hacerse cargo de lo de Ramírez ¡y no se hizo cargo!
Nosotros le habíamos dado nuestra palabra al alemán y no se cumplió nuestra palabra.
Yo trato de arreglar las cosas, pero nadie sabe dónde está tu cabeza.
¿Dónde está tu cabeza?
Dime, ¿dónde... está tu cabeza?
Heil, Hitler.
Heil, Hitler.
Veo que el señor Sanfuentes se resiste a rendirle honores a nuestro Führer.
A ver, discúlpeme, Herr Braun, pero es su Führer, no el mío.
Y creo que tenemos asuntos más importantes que andar preocupándonos de los saludos, ¿no?
Probablemente tenga razón, señor Sanfuentes.
De hecho, los cité aquí para hablar del próximo cargamento que está en camino.
Este es aún más importante para la Reich que el anterior.
Y esta vez no habrá posibilidad de errores.
Esta vez no.
No habrá ningún error.
Sí, pero antes, antes de preocuparnos de recibir el cargamento, tenemos que encargarnos de Pedro Ramírez.
O sea, no podemos permitir que ese pelafustán se vuelva a reír en nuestra cara.
Si Eloy no fue capaz de hacerlo, bueno, tendremos que encontrar a alguien mejor.
Y si no hay alguien mejor, bueno, yo mismo me voy a encargar.
Pero Pedro Ramírez debe morir, ¿ah?
Interesante, señor Sanfuentes.
Interesante porque yo he estado pensando mucho en Pedro Ramírez.
Pero mis planes son muy distintos a los suyos.
♪♪ Por favor.
♪♪ El señor Ramírez estará a cargo de garantizar la seguridad de nuestra próxima operación.
Y ustedes dos deberán colaborar lealmente con él.
♪♪ ♪♪ No podemos permitirnos más fallas ni incidentes desafortunados, y el señor Ramírez ha demostrado con creces sus habilidades.
Necesitamos seguridad en los puertos y nadie mejor que el señor Ramírez para garantizarla.
Ustedes dos deberán proveer al señor Ramírez de todo lo que él les solicite para el éxito de su cometido.
Y también me gustaría dejarlo claro desde ya que en todo lo relacionado con seguridad es él quien está al mando.
No, no, yo no trabajo con delincuentes.
Braun: Señor Sanfuentes... Gregorio: No, no me escuchó.
Yo no trabajo con delincuentes.
Señor Sanfuentes, este puerto está lleno de delincuentes partiendo por usted y el señor Bormann que han tratado varias veces de quitarme la vida.
¿Con quién crees que estás hablando, roto...?
Con el cobarde que tiene que pagar para que otros maten por él.
♪♪ ♪♪ El testigo se está demorando mucho.
Según Eusebio Alegría, uno de estos hombres mató a Anselmo Brito la noche de la gala.
60 años aproximadamente, alto y delgado.
Eso fue lo que dijo el testigo, ¿cierto?
Sí, señor.
Los conozco a todos.
El capitán de navío Brian, el comodoro Atkinson y el capitán de navío Sanfuentes.
Todos grandes señores de la sociedad porteña.
¿Qué pasa con el testigo que no llega, Heim?
No lo sé, señor.
Lo vamos a ir a buscar.
Soto, quédese acá por si es que aparece.
Heim, acompáñame.
A la orden, señor.
♪♪ Disculpe, tía, pero ¿usted a qué vino?
Contéstame.
Ese hombre, el que salió hace un rato, es Pedro Ramírez.
Sí, sí tía, es Pedro Ramírez.
¿Y qué hacía acá?
A este consultorio viene mucha gente, pero dígame, ¿qué la trae por aquí?
¿Está enferma?
¿Necesita de una atención médica?
No, estoy bien.
Ajá.
Pero te vine a ver.
Eres mi sobrina, ¿qué hay de raro?
Además, con esa cosa tremenda que te pasó.
¿Qué cosa?
El hombre que murió en la gala de oficiales, salió en el diario y Gaspar nos contó que, prácticamente, murió en tus brazos.
Sí, es verdad, así fue.
No fue fácil, es el primer paciente que pierdo en mis brazos.
Y Anselmo era un hombre bueno, aunque tuvo una vida difícil.
Pero en fin, ese es mi trabajo, ¿no?
Claro, claro, eres doctora, pero... ...pero no eres de fierro.
Sí.
Le agradezco su preocupación, tía, y por la molestia de haber venido hasta acá con lo ocupada que está siempre.
Eloísa, aparte de tu padre, yo soy tu única familia.
Puedes contar conmigo.
Tienes que desahogarte un poco.
¿Hm?
♪♪ Me estabas contando de ese pobre hombre que murió, que tenía una vida bastante dura, ¿no?
Sí, una vida difícil.
¿Y es verdad que murió en tus brazos?
Así fue.
Traté de salvarlo, pero no pude hacer nada.
Tenía demasiados órganos comprometidos y la herida era mortal.
Ay, no, Dios mío santo.
Las cosas que le toca pasar.
¿Tenía familia ese hombre?
¿Era algo de Pedro Ramírez?
¿Son parientes?
No, no, no eran parientes.
¿Y te dijo algo?
¿Cómo?
No sé, los moribundos antes de que se mueran siempre dicen algo.
Tía, ¿a qué viene tanto interés por Pedro Ramírez y Anselmo?
Preguntaba solamente.
¿Vino a verme porque está preocupada por mí o tiene alguna otra intención?
Eloísa, ¡qué maleducada!
Vengo hasta acá para saber de ti y me tratas así de mal.
Bueno, será porque cada vez que viene a verme es para criticarme o para cumplir algún encargo de su patrona.
O para convencerme de que me aleje de Gaspar.
Eso hubiera sido lo correcto.
Que te alejara de Gaspar.
Bueno, linda, te veo muy ocupada.
Adiós.
♪♪ ♪♪ Cálmate.
No, no, no, Gregorio, ey, suéltalo, suéltalo, cálmate.
Braun: El señor Sanfuentes suele ser un poco impulsivo, pero luego, señor Ramírez, él entra en razón y se calma.
Así que, caballeros, por favor, les voy a pedir que se calmen para que podamos hablar.
Gregorio: Ya, está bien.
Yo estoy dispuesto a que estos rotos trabajen para mí.
Muy bien.
Pero recibir órdenes de ellos, no.
No, claramente, usted no sabe quiénes somos los Sanfuentes aquí en Chile.
Me lo puedo imaginar.
Habían muchos de ustedes en Alemania, varones y aristócratas, que se creían dueños del país.
Pero el Führer los ha puesto a todos en la regla.
[Resopla] ¿De verdad necesitamos a este viejo inútil que no se sabe controlar?
Braun Mientras el señor Sanfuentes siga siendo el director de la aduana, por supuesto que sí, necesitamos de él.
Bueno, si es por eso, al señor Sanfuentes le puede pasar algo y ponemos a otra persona, ¿no?
Bueno, estoy al frente tuyo, inténtalo, rotito de... Inténtalo, vamos, inténtalo, te estoy esperando.
Anda bajándome el tono, Sanfuentes.
Te estoy haciendo un favor con dejarte vivo, huevón.
Braun Señores, por favor, les ruego se calmen para que podamos sentarnos y hablar, por fin, de negocios.
No.
Para eso tendría que nacer de nuevo.
Así que lo siento.
Se pueden ir todos a la mismísima... Gregorio.
Gregorio.
Es una lamentable actitud.
Le pido disculpas por el mal rato, señor Ramírez.
No se preocupe.
Señor Bormann, ¿usted se va con su amigo o se queda con nosotros para conversar?
No, por supuesto que usted puede contar con... con mi lealtad.
Don Pedro.
Un placer trabajar con usted.
Perfecto.
Un placer trabajar contigo.
Antes de continuar, señor Bormann, es importante que sepa que lo hago personalmente responsable de que el señor Sanfuentes entre en la razón.
Sí, claro.
Braun: Explíquele que este no es un negocio cualquiera y que una vez dentro, soy yo quien decide quién se va o se queda.
Dígale también que cualquier agresión que pueda sufrir el señor Ramírez será tomada como una agresión hacia mi persona.
Se lo informaré, sí.
Excelente.
Entonces, bueno, por fin podemos sentarnos a hablar de negocios.
Sí.
Cigarros.
¿Cigarros?
¿Fuman?
Oh, gracias.
♪♪ ♪♪ Nos dijo que tenía que ir al cuartel.
Hasta pidió salir 15 minutos antes para no llegar atrasado.
¿Usted lo conoce bien?
¿Y le parece que es una persona confiable?
Sí, el Eusebio es buen cabro.
Trabajador, sin vicios.
Bueno, si es que llega a saber de él, por favor, dígale que lo estamos buscando.
Muchas gracias por su tiempo, señora.
Buenas tardes.
Buenas tardes.
Con permiso.
Disculpe, señor.
¿Ustedes son policías?
Sí, ¿por qué?
Lo que pasa es que mi hijo vio al joven que andan buscando.
Quizá les pueda servir de ayuda.
Hola.
Niño: Hola.
¿Cuál es tu nombre?
Perucho.
Perucho.
¿Así es que tú viste a Eusebio?
Sí, es amigo mío.
Siempre me compra las verduras y le doy con llapa.
Se fue en un auto.
¿Cómo en un auto?
Lo recogieron unos señores y se fue con ellos.
Hará como una hora, por ahí.
¿Y tuviste a esos señores con los que se fue?
Ah, sí, a uno de ellos, pero no sé quién era.
Lo que pasa es que somos nuevos en la ciudad, señor.
Llegamos hace seis meses del norte, de las Salitreras.
Oye, Perucho, ¿y tu amigo se subió a ese auto porque quiso o lo obligaron?
No, no lo obligaron.
¿Cómo era ese auto?
Mire, era un auto grande y negro, pero no sé qué marca era.
Hm.
Vamos a hacer algo, ¿ya?
Si es que tú ves a tu amigo, le vas a decir que lo estamos buscando.
Sí.
Muchas gracias.
De nada.
Gracias, señora.
No hay de qué, pues, hasta luego.
Vamos, hijo.
Perucho: Vamos.
Todavía puede aparecer en el cuartel, tenemos que estar atentos.
♪♪ Tome, hermana.
Bueno, doctora.
Muchas gracias.
Me topé con la señora que trabaja en los Sanfuentes, era su tía, ¿no?
Sí, mi tía querida que tanto se preocupa por mí.
Traje un pancito fresco y quesito.
¿Y esa cara?
¿Es por su tía o por mí?
[Ríe] Hermana, eh... de todas las personas que hay en Valparaíso, ¿usted tenía que recurrir a Pedro Ramírez para ayudarnos con el consultorio?
El joven tiene plata y es generoso.
De su pecado ya se cargará el de arriba.
"El que esté libre de pecado", como dijo nuestro Señor Jesucristo, "que tiene la primera piedra".
Yo no quiero que Pedro Ramírez me pague mi sueldo.
Ah.
Y tampoco me parece que usted ande ventilando mi vida personal por ahí.
¿Su vida personal?
Le contó a Pedro que estoy pensando en irme con Gaspar.
Ah, pero es que no sabía que eso fuera secreto.
Hermana, le estoy hablando en serio.
¿Usted no tenía por qué contarle a Pedro sobre los planes que estamos haciendo con Gaspar?
¿Por qué se lo toma tan a la tremenda, niña?
¿Ah?
Si usted está segura por lo que siente por el joven Sanfuentes, ¿por qué se preocupa?
Debería estar feliz en vez de andar cascando rabia.
Ya.
¿Un sanguchito?
¿Es que usted de verdad no se da cuenta?
El consultorio financiado por Pedro Ramírez y su banda.
Es que este es el tipo de cosas que me hacen pensar en irme.
Permiso, no quiero seguir discutiendo con usted.
♪♪ ♪♪ ♪♪ Comisario.
Buenas tardes, comisario.
Buenas tardes.
¿Cómo está, Heim?
Buenas.
Cárdenas: Oiga.
¿Pasó algo con el testigo de las fotos?
¿Se supo algo del gallo que se fileteó al veterano?
No llegó.
¿Cómo lo llegó?
Se suponía que tenía que venir a declarar, pero... no sabemos qué pasó.
Ah... Bueno.
¿Quiere que le dé un consejo del viejo Cárdenas?
Mire.
Siempre, siempre hay que dudar de esos testigos que se andan ofreciendo, ¿ah?
O quieren plata o andan buscando una hueá rara, ¿hm?
¿Cuántas veces me dejaron tirado a mí?
¿Sí o no, Cornejo?
Así es, comisario.
Sí, pues, ¿hm?
Mire, más sale el diablo por viejo que por diablo.
Siempre pidan un consejo a su amigo Cárdenas.
Oiga, ¿y el comisionado?
Tuvo que salir.
Tuvo que salir.
Ajá.
Bueno pa sacar la vuelta y pa salir el hombre, ¿eh?
Él diga el níspero vamos a resolver los casos así, po.
Ya.
A ver, ¿qué tenemos por acá?
♪♪ Buenas tardes.
Buenas tardes, don Tito.
♪♪ Eloísa: ¡Qué linda!
Para ti.
Muchas gracias.
♪♪ Estoy un poco intrigado, la verdad.
¿Por qué me pediste que nos juntáramos acá?
Me gusta mucho esta ciudad.
Me gustan sus calles, me gusta su gente.
Buenas tardes.
Buenas tardes.
Me gusta su desorden tan lleno de vida.
La había echado mucho de menos cuando estaba estudiando en Santiago.
Eso es un no, ¿cierto?
Un no a que nos vallamos, me refiero.
Tengo que decir que... que me había ilusionado.
Y puedes seguir ilusionándote.
Amo esta ciudad, pero te amo más a ti.
Y aquí nunca nos van a dejar ser felices.
O bien son tus padres, o bien es el mío, o Ester, o hasta Elena ahora.
Es como si todo el mundo tuviera algo que decir respecto a cómo debo vivir mi vida.
Vámonos.
¿En serio?
Vámonos.
Te amo.
Y yo también a ti.
♪♪ Ya, muchachos, a celebrar.
Un cortito para todos.
Toma, Peineta.
Un cortito para El Negro, para La Gato, para mí, y para El Piojo, un refresco nomás.
¿Qué refresco vas a tomar, ah?
No, no, yo, yo mejor no quiero nada, me duele la guata.
Quiero ir a ver a la doctora.
No podís ir a ver a la doctora por un dolor de guata, po, hombre, eso te pasa por comer tanta cochinada.
Ay, son pesados, ni me quieren ayudar, oh.
Si no es de pesados, hombre, vaya a dormir un rato.
Hagámosle un pobrecito, hagámosle un pobrecito al Piojo.
Debe ser una molestia nomás.
Un agüita te va a hacer bien.
Ya, ¡salud!
¡Salud, po!
¿Y a ustedes qué les pasa?
¿También les duele la guatita?
Yo no tengo nada que celebrar.
Pedro: Ah.
...que soi negativo, Negro.
Entiende que el negocio con el alemán son palabras mayores.
Vamos a ganar más plata como nunca hemos ganado en nuestras miserables vidas, hombre.
El negocio lo hiciste vos, a mí no me preguntaste nada.
A mí tampoco.
La última vez que le robamos los futres dijiste lo mismo, que eran palabras mayores.
Empezaste con tu discurso.
¿Y acaso estaba equivocado?
Tenemos mucha plata guardada, ¿pa qué querí más?
Es cierto que nos hemos metido en forro por culpa de esa plata.
A ti el Eloy casi te mata.
Nosotros somos ladrones y contrabandistas.
Esa es nuestra pega.
Pero de ahí, hacer negocio con los futres... Además, el alemán ese, el pelado, más raro el huevón.
Tiene cara de degenerado.
A ver... Momento.
Se están confundiendo ustedes.
Yo en ningún momento he dicho que quiero ser amigo de ese alemán ni de los futres.
Pero tienen que entender que ahí está la plata, Negro.
Ahí están los negocios.
Pedro tiene razón.
¿Cuándo habíamos ganado tanta plata antes, ah?
¿Cuándo?
En vez de aportillarlo tenemos que apoyarlo, cabros.
Somos una banda.
Negro: Una banda.
Vos cállate, huevón.
¿Y por qué me tengo que callar?
¡Cállate!
La Gato: Si el Negro te dice que te quedí callado, te quedái callado, Peineta.
¡Ya basta!
¡Basta!
¡Paren el escándalo!
♪♪ ♪♪ ¿Por qué crees que mataron a mis papás, Negro?
¿A toda esa gente humilde de La Pampa?
A ancianos, niños, niñas, mujeres, porque eran pobres, porque eran humildes, porque le podían poner la pata encima, por eso, huevón.
Entiendan que la plata es poder, la plata es respeto, la plata es la única manera que tenemos para que no nos pongan las patas encima, y mientras más plata tenemos, más poderosos somos, y se acabó la hueá.
Así es la vida nomás.
Así es la vida, po Peineta.
Si yo tuviera toda esa... aquí delante mío, esa...que mataron a tus taitas, vos sabí que yo lo mato con mis propias manos, ¿no?
Pero vos te estái mareando.
Córrete.
Negro, ¿a dónde vai?
¿Qué?
¿Tengo que pedir permiso ahora?
♪♪ Tranquilo.
Oye, hay algo muy importante que no hemos decidido.
Ah, ¿sí?
¿Qué cosa?
Ya dijimos que nos vamos a ir, pero... pero no hemos dicho adónde todavía, qué ciudad.
¿No te parece que es una locura de nuestra parte?
Pero aquí el único loco eres tú, que aparece con esta idea bajo la manga.
No, ¿sabes qué?
Hablando en serio voy a... voy a escribir hoy día mismo a la cancillería para que me digan qué lugar es el más factible que me den un cargo.
Eh, Gaspar, hay algo que... que necesitamos conversar antes.
¿Qué cosa?
Mire, yo no quiero que esto suene como, como una obligación, una imposición, de verdad que no, no lo es.
Eh... Bueno, lo que pasa es que hoy fui a ver a mi, a mi papá.
Ya.
Hace muchos días que no lo había visto y... ...bueno, fui y le conté de esta posibilidad de irnos.
Eh... No, no me digas nada, no le gustó mucho la idea, ¿cierto?
No, no, no es eso, de hecho, él me dijo que siempre supo que aquí no nos iban a dejar ser felices, él nos apoya, incluso me dio su bendición para irnos, pero... ¿Cómo decirlo?
Eh... Bueno, si no fuera porque él me lo pidió, que igual yo lo entiendo... Quizás... ...esto podría ayudar, ¿o no?
Pero ¿cómo supiste?
Te lo quería entregar cuando fuéramos en el barco camino a Europa.
¿Tú crees que te iba a pedir que te fueras al otro lado del mundo conmigo sin hacerte mi esposa?
Ha sido todo tan rápido, tan intenso, de verdad que no, no lo he pensado.
¿Te gusta?
Está precioso.
¿Eso es un sí, entonces?
Doctora González, respóndame, por favor.
Déjeme pensar unos días... No, si quiere... ¿Cómo lo va a pensar?
Se quiere casar conmigo, ¿sí o no?
Sí, sí quiero.
Te voy a hacer muy feliz, te lo prometo.
Yo también.
Lo voy a intentar.
No, ya me haces muy feliz.
♪♪ ♪♪ ♪♪ Bueno, señora, la verdad es que no pude averiguar demasiado.
Sí, la Eloísa se pone muy a la defensiva conmigo.
Lo que sí averigüé es que murió en sus brazos.
Y me imagino que no hubo ninguna revelación de parte de él porque me habría dado cuenta.
Lo importante, señora, es que lo vi.
¿A quién?
A Pedro Ramírez, cuando llegué.
¿Por qué estaba ahí?
No sé, según Eloísa va mucha gente para allá.
A lo mejor... Ellos dos saben.
¿Y quieren juntos dañar a Gaspar?
No, no, señora, no lo creo.
Eloísa está muy enamorada de Gasparcito.
No le haría daño.
Esa gente es así, traicionera.
Mienten, nos odian.
¿Cómo era?
No sé, no tuve mucho tiempo de mirarlo, pero... no se parece en nada a nuestro Gasparcito.
Por supuesto que no, pues Ester.
Eso sí... Me dio como un escalofrío cuando lo vi.
Disculpe, señora, el señor Bormann está aquí.
Cornelius, que te trae por aquí.
Permiso.
Ester: Buenas tardes, señor Bormann.
Ando buscando al imbécil de tu marido, ¿sabes dónde está?
Lo busco, no lo encuentro.
No está aquí, cosa nada rara últimamente.
¿Tiene algo que tomar acá de inmediato?
Whisky.
¿Cuántos años llevas casada con ese imbécil?
Muchos.
Demasiados quizás.
Te compadezco.
¿Tú te das cuenta que estamos atrapados en toda esta situación, no?
¿Qué te pasa?
Nada.
¿Qué te pasa?
Nada, dices unas cosas.
No me mientas.
Dime qué es lo que te pasa.
Tú y Gregorio están muy raros desde la gala.
♪♪ No.
Nada.
Puedes confiar en mí.
Cuéntame.
Sea lo que sea, yo te puedo ayudar.
Ojalá fuera cierto.
Lo es.
Yo te puedo proteger.
¿De verdad?
Sí.
¿Me puedes proteger?
Sí.
Eres muy importante para mí.
Yo por ti soy capaz de hacer cualquier cosa.
♪♪ ♪♪ Demuéstramelo.
Pídeme.
Mata a Pedro Ramírez.
♪♪ [Timbre de teléfono] [Tipeo de máquina de escribir] Buenas tardes, señora.
Buenas tardes.
¿En qué la puedo ayudar?
Soy la madre de Eusebio Alegría.
En su trabajo me dijeron que andaban preguntando por él.
Sí, señora, efectivamente.
A ver, tome asiento.
Sí lo hemos estado buscando, no lo hemos visto.
Pero él es un hombre bueno, él es responsable, trabajador y yo no sé lo que haría si... Sí, señora, pero no hay nada de que preocuparse, tranquila.
Pero cómo, cómo quiere que esté tranquila, si mi hijo no ha hecho nada y ustedes lo andan buscando.
Señora, su hijo no está acusado de nada, simplemente es un testigo.
Pero ¿y entonces?
¿Por qué no llegó a la casa?
¿Acaso ustedes no lo detuvieron?
Señora, él tenía que venir a declarar y no llegó.
Pero eso es muy raro, oiga.
Entonces, ¿a dónde está?
Pues dígame, ¿dónde está?
No lo sé, pero vamos a hacer algo.
Si yo lo veo por acá, le digo que usted lo está buscando.
Pero si usted lo ve, tiene que decirle que él tiene que venir a declarar.
¿Le parece?
Oiga, ¿y usted no me estará mintiendo?
Mire que todo el mundo sabe que aquí adentro hay mucho más bandidos que allá afuera.
Se lo prometo, señora.
Que le vaya bien.
Hasta luego.
¿Qué le pasa a esa mujer?
Era la madre del testigo de la gala.
Estaba angustiada porque dice que su hijo no ha vuelto a su casa.
Esto no me está gustando nada, Heim.
¿Hay alguien en este cuartel que pueda hacer un retrato hablado?
No es su especialidad, pero cuando no han podido mandarnos gente de Santiago... Soto lo ha hecho.
Traigan al niño que vende verduras y hagan un retrato del tipo que se llevó al testigo.
Sí, señor.
Operadora, comuníqueme con el Ministerio de Relaciones Exteriores, por favor.
De acuerdo, la espero.
[Tocan a la puerta] Adelante.
Permiso.
Comisionado, de la morgue enviaron los objetos personales de Anselmo Brito.
¿Hay algo que sea de interés?
Soto: Por el momento, nada.
De todas maneras, ya tomé las huellas dactilares, ¿ah?
Para ver si encontramos algo.
Soto, no sé si Heim se lo comentó, pero tenemos que hacer un retrato hablado.
Sí, me lo dijo.
Lo vamos a intentar, ¿ah?
Permiso.
Aló.
Sí, soy Gaspar Sanfuentes Williams.
Comuníqueme con el subsecretario Rego, por favor.
♪♪ ♪♪ ♪♪ ♪ Duerme, duerme, Negrito ♪ ♪ Que tu mamá está en el campo, Negrito ♪ ♪♪ ♪♪ ♪♪
Hijos Del Desierto (Sons of the Desert) is presented by your local public television station.
Distributed nationally by American Public Television